viernes, 31 de agosto de 2012

Entender al ser humano en su totalidad debe ser la ciencia más difícil.. Aún no creo saber nada de nadie, nisiquiera creo saber nada de mí.

Una vez cometí un error grande.. Creí conocer a un hombre demasiado, creí amar todo lo que el era, creí tantas cosas de el que incluso creí más en el que en mí.
Él era un sueño perfecto creado a la medida exacta de los huecos de mi alma.

Tras algunas decepciones mi corazón siempre lo justificó.
Nunca quise creer que todo lo que sabía de el no existía.
Hasta ahora lo comprendo..Nunca supe nada de él y nunca supe nada de mí..Lo único que ahora sé es que las personas siempre buscan su propio bienestar por medio de sí mismos y de los demás, volviendose así capaces de crearse en ilusiones a los demás para conservar lo que se quiere o hace feliz.

Supongo que no habría llegado a entender esto sin un dolor de por medio. Este dolor se llama "decepción", y lo describo así : Es como un hueco que se siente desde el pecho hasta la cabeza, que acelera el corazón y hace temblar las manos, hace querer gritar y no decir nada a la vez.

Creí en el, creí en muchas cosas que resultaron no ser verdad, y estoy satisfecha. Con engaños cualquiera es feliz y ese no es mi concepto de felicidad.

Hoy sólo sé que no sé nada..de las personas, de mí, del mundo, de la religión, del amor..y dejo de creer ciegamente en esto porque nunca pude entender porqué, y esta será mi pregunta eterna.

Lo único real es lo que siento, lo que todos sentímos.

Siento tristeza y satisfacción de decir que él hizo desaparecer todo lo que creí ser, todo lo que creí saber.

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